Yo Corro, Tú Corres, Él Corre

No hay nada más frustrante que entrenar y entrenar, salir todos los días a rodar o acudir sin falta al gimnasio y no obtener resultados. Y esto ocurre, básicamente, por no tener una cosa clara, algo que debería ser SIEMPRE el punto de partida de cualquier actividad física regular: el objetivo.

Tener un objetivo bien definido es primordial para un entrenamiento de calidad, ya sea básico, avanzado o profesional. Actualmente no se concibe un atleta de élite que no planifique sus objetivos para una temporada y esto debería ser así, para todos nosotros, incluso para la persona que comienza a hacer ejercicio.

Por ejemplo, objetivos pueden ser tan variados como terminar una maratón, el aumento de masa muscular, perder peso, acabar una carrera de 10 km por debajo de 40', ganar elasticidad, superar unas pruebas deportivas para una oposición, nadar más rápido, etc., pero deberán estar a nuestro alcance. No podemos pretender correr una maratón en menos de tres horas cuando no bajamos de 50' en los 10 Km. Si el objetivo no es realista, sólo obtendremos frustación, desánimo y, casi seguro, alguna lesión por intentar algo que nuestro cuerpo no es capaz de realizar.

Si quieres empezar a correr puedes, por ejemplo, marcarte el objetivo de correr media hora seguida y diseñarte una estrategia (o plan de entrenamiento) en la que alternes tiempo de carrera con tiempo andando. A medida que avanzan los días, puedes ir disminuyendo el tiempo de andar a la vez que aumentas el tiempo que corres. El resultado final es, con toda seguridad, que corres media hora seguida y muy pronto se te hará corta.

Si tu objetivo es correr más rápido sabes que has de pasar, obligatoriamente, por las series. Las series cortas te harán ganar agilidad y velocidad en las piernas y las largas resistencia anaeróbica, y los descansos entre ellas (generalmente cortos) mejoran tu capacidad de recuperación. También tienes a tu disposición el Fartlek que con sus cambios de ritmo acostumbran al cuerpo a los esfuerzos y recuperaciones.

En fin, que siempre hay un plan para un objetivo. Evita las improvisaciones y el hoy ya veremos a ver qué hago (a no ser que tu objetivo sea, simplemente hacer deporte, que también es válido) y planifica tus períodos de entrenamiento de manera que tengas claro lo que vas a hacer cada día.

Elije tu objetivo, comprueba que sea realista y disfruta intentándolo conseguir.